El DNU de Milei, en camino directo al rechazo: salió negativa una propuesta del oficialismo para posponer su debate en el Senado
En el Senado se acaba de anticipar la suerte del mega-DNU de Javier Milei: rechazo. Es que el jefe del bloque La Libertad Avanza de la Cámara alta, Ezequiel Atauche, solicitó postergar al menos 15 días el debate en el recinto de este decreto (que está vigente desde hace 77 días); la propuesta fue sometida a votación y resultó rechazada por 41 votos a 30.
La propuesta fue sometida a votación y rechazada por una amplia mayoría de 41 votos en contra y sólo 30 a a favor. A los 33 senadores del kirchnerismo sumaron su apoyo para que continúe el debate esta misma tarde los radicales Martín Lousteau (Capital) y Edith Terenzi (Chubut). También rechazaron la propuesta de Atauche los santacruceños José María Carambia y Natalia Gadano, la rionegrina Mónica Silva (Juntos Somos Río Negro) y los peronistas Carlos Espínola (Corrientes) y Edgardo Kueider (Entre Ríos), del bloque Unidad Federal, y la neuquina Lucila Crexell.
Ese tablero es un indicador de la voluntad del cuerpo sobre el decreto desregulador que Milei dictó el 20 de diciembre, por cadena nacional, está vigente desde el 29 de diciembre y tiene 366 artículos que establecen la derogación y modificaciones de centenares de leyes. Por ejemplo, permite que las empresas de medicina prepaga dispongan aumentos en las cuotas de sus afiliados sin ningún límite y cuando quieran (de hecho, ya han subido un 160% la cuota en lo que va del gobierno de Milei, gracias a dicho DNU) y establece una reforma laboral, cuya aplicación, sin embargo, se encuentra suspendida por la Justicia.
Un día ante de la sesión, el Gobierno nacional salió a lanzar una advertencia a la oposición al expresar que el posible rechazo el mega-DNU desregulador de Javier Milei supondrá un violentar “el espíritu de acuerdo promovido por el Presidente, en su convocatoria al Pacto de Mayo”.
El comunicado, difundido por la cuenta de Twitter Oficina del Presidente, fue publicado justamente en la víspera de una sesión del Senado convocada por la vicepresidenta Victoria Villarruel, a pedido de la oposición, con el fin de tratar —entre otros asuntos— el superdecreto de su compañero de fórmula.
Villarruel no podía no convocar a la sesión, porque como presidenta del Senado, si recibe una solicitud de llamado a sesión especial con la firma de al menos 5 senadores (que es lo que ocurrió), no puede rehusarse a hacerlo.
Además, sobre el caso específico de los decretos de necesidad y urgencia pesa una manda constitucional, que obliga a las cámaras del Congreso a darles un tratamiento inmediato. El DNU de Milei está vigente desde el 29 de diciembre de 2023 y aún no hubo ningún pronunciamiento ni debate legislativo al respecto.
Sin embargo, no pocos leyeron este comunicado de la Oficina del Presidente como un apriete directo de la Casa Rosada a la vicepresidenta. Pero también a la oposición.
Es que, para el Gobierno, la convocatoria de Milei a los gobernadores, realizada formalmente durante su discurso de apertura de sesiones del Congreso, el pasado 1º de marzo, significa que los mandatarios provinciales deben controlar a los senadores que les responden políticamente y, por ende, frenar el tratamiento del DNU. El Gobierno está preocupado porque presume que el DNU será finalmente rechazado.
El DNU de Milei igualmente seguiría con plena vigencia en el caso de que el Senado lo rechazara, porque para que caiga debe también ser rechazado en el recinto de Diputados, donde no está claro que esté el número y, además, por ahora no hay ninguna convocatoria a sesión con el fin de debatirlo.
Sin embargo, el rechazo, además de significar un duro revés político para el gobierno de Milei, podría conllevar una reacción negativa de los mercados y tener consecuencias de distinta índole (judicial y económica, por ejemplo).