Caso Báez Sosa: “Para mí son buenos chicos”, un testigo defendió a los rugbiers en el juicio
En la decimoprimera audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, este lunes hubo dos testimonios clave: declararon Juan Pedro Guarino (22) y Alejo Milanesi (23), los dos rugbiers sobreseídos.
También fue citado Tomás Colazo (20), un amigo de los ocho imputados que estuvo en el lugar y fue señalado como “el sospechoso número 11” por la querella, aunque no está implicado en la causa por la golpiza mortal.
Fernando Burlando tomó la palabra. Le consultó sobre su estadía en Villa Gesell. T.I.C. dijo que llegó 17 de enero con su mamá y su pareja a un hotel.
El rugbier 11 narró el suceso de los hechos y explicó que, en ese momento, “fue todo muy rápido y había gritos”. “En un momento, veo a alguien en el piso y ahí le pongo el brazo a Máximo en el pecho, lo tiro para atrás, yo no soy de pelear, no me gustan las peleas, lo hice con intención de parar”, recordó Tomás Colazo.
Por otra parte, identificó a Thomsen y a Ciro Pertossi “cerca” suyo. “Había piñas y patadas”, reconoció, sobre el ataque a la salida del boliche “Le Brique” en Villa Gesell.
En su declaración, el testigo aseguró que hizo “el intento” de frenar el ataque, pero no lo logró. Frente al interrogatorio del abogado Fernando Burlando, identificó a Máximo Thomsen y a Ciro Pertossi “cerca de la persona golpeada”.
En este marco, negó recordar si la víctima reaccionó a los golpes. “¿Viste a Fernando (Báez Sosa) agredir a alguien?”, preguntó la querella, a lo que Tomás Collazo respondió que “no”.
El testigo debió identificar a los imputados en los videos que capturan la noche del homicidio de Fernando Báez Sosa. Durante su declaración, logró distinguirse en dos clips: saliendo por la cocina del boliche Le Brique y otro en el que los acusados le pegan patadas a la víctima.
“Me logro ver, sí”, admitió Colazo, mientras se lo ubica del lado interno de la vereda, muy cerca del lugar del ataque. Además, señaló a Máximo Thomsen, Ayrton Viollaz y a Ciro y Lucas Pertossi en la escena del crimen.
Al concluir su testimonio, le consultaron a Tomás Colazo cuál era su opinión con respecto a los ocho imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa: “No los puedo definir, no puedo dar un concepto. No tiene que ver con el suceso, pero para mí son buenos chicos“, manifestó y sorprendió a la audiencia.
Enseguida, continuó su relato y reconoció que, tras el suceso, “algunos se acostaron”. “Yo fui con Blas Cinalli a comer a Mc Donalds. No me alcanzaba la plata y nos fuimos a otro local. Después lo acompañé a la casa y habré estado cinco minutos y me fui a donde estaba mi mamá”, concluyó.