¿Cómo será febrero? Las ventas cayeron hasta 40% en enero
Las estimaciones de todos los sectores respecto de lo que fue el primer mes del año en materia de actividad se cumplieron a rajatabla. En muchos casos, incluso, la realidad superó los pronósticos más pesimistas.
Si bien enero es un mes estacionalmente bajo en materia de ventas para muchos rubros por las vacaciones, lo cierto es que la caída en muchos casos llegó a 40% respecto de las de igual mes del año previo.
La fuerte pérdida de poder adquisitivo, agravada tras la devaluación de diciembre y la disparada de precios, sumado a las perspectivas de incrementos en colegios, prepagas, servicios de luz y gas, combustibles, entre otros, hicieron caer fuertemente la demanda final.
Esa realidad del mostrador se trasladó rápidamente a las fábricas, que acusan una fuerte merma en los pedidos de sus clientes para las próximas semanas.
“Las empresas han bajado la cortina. En indumentaria, la caída es severa, aproximadamente un 30% en las marcas de los shoppings y en el mercado informal, cerca del 40%. En este contexto, ya tenemos algunos síntomas de preocupación, suspensiones y despidos en algunas empresas, y sabemos que esto también está ocurriendo en otros sectores”, afirmó el presidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria (CIAI), Claudio Drescher.
El dirigente industrial agregó que “las compañías ya están pensando en reestructuraciones y todavía falta que la gente empiece a sentir el impacto en el bolsillo de los aumentos que se vienen en tarifas, prepagas, entre otros servicios”.
Los números de ventas minoristas de enero que releva la Cámara de la Mediana Empresa (CAME) también muestran una contracción promedio de casi 30%, cuando en diciembre habían rozado el 14%. Ocurrió lo mismo con los patentamientos de vehículos, que registraron una caída del 33%, el peor enero en 20 años, cuando habitualmente el primer mes del año suele ser muy bueno.
Según los datos dados a conocer por la Asociación de Concesionarios de Argentina (Acara), se patentaron 33.727 automotores, cuando en enero de 2023 la cifra había llegado a 50.363, porque “confluyeron varios factores: la erosión en el poder adquisitivo de los consumidores, la incertidumbre de los precios, la falta de algunos modelos y también los cambios del impuesto al lujo que postergó la decisión de compra en muchos casos”, precisaron ante la consulta de este medio.
“Hoy muchas terminales están paralizadas, con adelanto de vacaciones y analizando cuándo retomarán la producción. Sucede que si bien comenzó a normalizarse el flujo de importaciones, los pagos siguen siendo a plazo y muchos proveedores se resisten a ello. Además, todavía no se está pudiendo resolver el stock de pasivos en muchos casos. Seguimos con proveedores afectados por los pagos al exterior. Es un arranque de año muy complejo”, contaron desde una fábrica.
Desde la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (Cimcc) reiteraron en las últimas horas su “profunda preocupación por el freno productivo ante la falta de insumos, con vínculos de proveedores cortados, stocks agotados y un impacto de la deuda al exterior incalculable a esta altura”.
Repasaron que la situación en Córdoba se presenta con Nissan (Pick up Frontier y Alaskan) paralizada desde hace dos semanas, a lo que se suma el período que frenó por vacaciones del personal y sin definición aún de fecha para comenzar a producir. Renault, por su parte, comenzó la actividad pero con caída del 50%, al igual que Iveco, mientras que Fiat, en tanto, está produciendo normalmente pero con un horizonte poco claro, hasta el momento, dice el comunicado de la entidad.
“Es en este marco que las empresas autopartistas, que abordaron el inicio del 2024 con esquemas de vacaciones para su personal, ya en febrero manifiestan su alerta por la incertidumbre y falta de perspectiva.
En el sector de línea blanca y electrónica, la contracción en el consumo también es fuerte. Después del boom registrado en octubre, antes de las elecciones -en ese momento, los consumidores salieron a comprar bienes durables ante la expectativa de que llegaría una devaluación brusca y los precios subirían fuerte-, la demanda en este sector comenzó a estancarse para terminar de plancharse luego de la suba del dólar.
Según trascendió de fuentes del sector minorista, la caída en las ventas en enero fue del 45% a 50% y para febrero “podría repuntar algo por el programa Cuota simple”, mientras se sigan dilatando los otros aumentos como transporte y tarifas eléctricas”, dijeron en una empresa.
“Pero si sigue así el escenario, tendremos que achicar la estructura de atención al cliente. De todos modos, todavía hay espaldas para esperar un poco”, agregó el informante a este medio.
A su vez, fuentes de una compañía que produce electrónica en Tierra del Fuego y que tiene su sitio de venta minorista dijeron que la merma fue del 40% interanual y que están produciendo con las limitaciones propias de la falta de insumos. Por ahora, la baja en la producción tuvo que ver con ese factor, pero “si la venta no levanta, para el segundo trimestre se recalculará cuánto fabricar”, dijo el directivo de la empresa.
“En marzo vamos a estar sabiendo cómo arranca el año, pero se ve bastante caída de actividad y reducción de personal. Por ahora las empresas están suspendiendo, pero si este panorama se sostiene, habrá despidos”, remarcó un dirigente industrial miembro de la UIA.
Claudio Drescher, del sector de indumentaria, fue claro al plantear que “las empresas ya están tomando decisiones para achicar costos”, pero un ajuste mayor dependerá de cuánto caigan las ventas en los próximos meses. “Si la baja es hasta 15%, las compañías pierden contribución y empatan. Pero si supera el 20%, la sustentabilidad de muchas empresas va a estar en juego”, enfatizó el empresario.
La caída en el nivel de actividad fue tema de conversación en la primera reunión que tuvo el comité ejecutivo de la UIA el martes último, tras el receso vacacional. Referentes de varios sectores advirtieron acerca de bajas en torno al 30% promedio, como las automotrices, siderúrgicas, textiles, el sector de aluminio y el resto de los materiales de construcción, entre otros. En el caso de la alimentación, la demanda es más inelástica, pero aún así cayó la actividad.
En cuanto a las ventas de alimentos en los supermercados, los datos tampoco son buenos. Según los números que ya tiene en sus manos la consultora Scentia, el consumo masivo tuvo una contracción del 11,6% interanual durante las primeras cuatro semanas de enero, un escenario que se preveía teniendo en cuenta los importantes aumentos de precios registrados y lo que ya había mostrado la última semana de diciembre.
Otro rubro que también está registrando una fuerte caída en las ventas es el de colchones, donde se percibió en enero una merma de entre 35% y 40% en unidades.