Fernández sobre la legalización de la marihuana: “No estoy convencido que la solución sea prohibirla”

En el cierre del segundo Encuentro Federal de Derecho una estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Nacional de La Patagonia le preguntó a Alberto Fernández su punto de vista sobre la despenalización de la marihuana.

En este orden el mandatario nacional indicó que “tenemos que vencer y poner en debate una cuestión que tiene que ver con la hipocresía social en la que vivimos. Hay una parte nuestra que soporta cierta hipocresía. Que la marihuana es tóxica no está en tela de juicio. Pero también el tabaco es tóxico y también el alcohol es tóxico. Y sin embargo hay toda una industria montada detrás del tabaco y el alcohol donde lo tóxico pasa a un segundo plano. El mayor problema que sufre nuestra juventud en materia de adicciones no es precisamente por la marihuana, es por el alcohol. Nuestros jóvenes se dañan y dañan su físico antes que nada por el alcohol. Ahí está montada toda una industria que es muy difícil de cuestionar. También hay una admisión social en favor de que el alcohol se venda y se consuma. Esta admisión social no existe respecto de las drogas”, apuntó.

El presidente remarcó que este debate es otra de las banderas que vienen marcando la agenda los jóvenes al igual que la despenalización del aborto.

Respecto a los recientes avances que se concretaron dentro de su gestión reflejó: “Nosotros hemos dado un primer paso legalizando el cannabis con fines de uso medicinal porque dicen que efectivamente la planta tiene esa virtud. Y el cáñamo, que es una variante del cannabis, podría ayudar mucho a la industria textil porque durante muchos años, cuentan que las velas que movían las carabelas en el siglo XV eran hechas con cáñamo, que parecía ser un hilo muy resistente. Poco a poco el tabú del cáñamo, del cannabis, va a ir cediendo”, consignó el presidente.

Seguidamente pidió ser cuidadoso y tratar el tema sin apremios. Reparó en no promocionar el consumo de ningún estupefaciente, pero aclaró cuál debería ser la función del aparato estatal en los criterios de penalización: “Lo que nosotros debemos hacer como Estado no es perseguir al consumidor de un porro, sino perseguir al traficante que es el que hace el verdadero negocio. El que consume marihuana, en todo caso, se está dañando. Como el que consume alcohol, como el consume tabaco. En algunos casos aceptamos esos daños y en otros no. Ese es un gesto de hipocresía. Debemos ser cuidadosos porque lo que está claro es que es una sustancia que genera daño. Lo que no estoy convencido es que la solución sea prohibirla. Lo que sí estoy convencido es que el consumidor es en todo caso una víctima, no es el culpable de nada”, concluyó.