Horacio Rosatti dijo que la Corte le está dando una “chance” a la política para resolver la disputa por el DNU y las provincias
El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti, aseguró que en el máximo tribunal están esperando a que la política resuelva sus problemas, en alusión a los planteos contra el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/23 del presidente Javier Milei y los conflictos entre los gobernadores y la Casa Rosada, que generaron cerca de 30 demandas por casi 1000 millones de dólares. No obstante, afirmó que si a política no resuelve en estos asuntos, habrá un fallo del máximo tribunal “en un plazo razonable”.
“Hay que darle una primera chance a la política: hay charlas, reuniones, negociaciones en el Congreso que seguimos con avidez, pero si la política no resuelve este tema [por las demandas contra el DNU y los recortes del Gobierno a las provincias] la Justicia lo resolverá. No nos gusta que la judicialización sea el atajo para resolver los temas que no resuelve la política. Apostamos que estas cuestiones se resuelvan en el ámbito parlamentario o en el que sea; si no, lo resolveremos en un tiempo razonable”, afirmó Rosatti, este mediodía, al hablar en el Rotary Club de Buenos Aires.
Milei había sostenido el sábado pasado que “al menos tres jueces” de la Corte tienen una “posición bastante poco amigable” hacia el DNU 70/23, que avanzó con la desregulación de la economía, en alusión a los jueces Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda.
Rosatti dio este mediodía un discurso en el primer piso del Hotel Libertador, donde habló de la filosofía económica y la filosofía política de la Constitución Nacional y respondió preguntas de la periodista Clara Mariño y de los socios del Rotary Club de Buenos Aires. Mientras transcurría la conferencia, en la puerta, donde funciona una oficina de la Anses, se desarrollaba una ruidosa manifestación por los despidos en el Estado.
Cuando Mariño le preguntó sobre la relación entre la Justicia y el Gobierno, Rosatti respondió que era “tensa” y “difícil”, porque jueces y políticos tienen lógicas diferentes. “La relación es normal, pero la relación entre la política y la Justicia es a veces tensa difícil. La política quiere definiciones rápidas generales y el juez resuelve casos particulares tiene su ritmo la cabeza del juez, [que] está puesta en restablecer el orden jurídico. La política es diferente”, sostuvo.
“No se mueven con la misma razón, tienen lógicas diferentes y este conflicto hace que se genere una mutua incomprensión. Es inexorable. Si el juez no entiende al político y el político no entiende al juez, la forma de acortar esta brecha es a partir del diálogo institucional”, propuso y comparó: “El político es el pintor de brocha gorda y el juez es como el ebanista: cuando al juez le dan la brocha gorda, se le complica”.
Al hablar de la filosofía económica de la Constitución Nacional, destacó que es el capitalismo basado en la propiedad privada, la competencia y la iniciativa propia, pero aclaró que la Carta Magna “no prohíbe la intervención del Estado, sino que señala que el Estado es el que debe favorecer” asuntos como la educación o la industria, entre otros, y mencionó en particular un artículo que promueve y facilita el desarrollo y la transformación del país. Dijo que el Estado debe favorecer por ejemplo con la política tributaria, por ejemplo, para facilitar la transformación.
Mencionó que el capitalismo expresado en la Constitución permite gobiernos que hagan más énfasis en el Estado que en el mercado, y otros más liberales. “Todo eso es posible en la Constitución”, afirmó, y mencionó que la reforma de 1994 enfatizó además en la necesidad de tender al desarrollo, material y espiritual, que permita aumentar la calidad institucional, porqué eso genera confianza en la radicación de capitales.