Javier Milei necesita de “la castita” para poder aprobar la Ley Bases y firmar el Pacto de Mayo
El presidente Javier Milei necesita mostrar el éxito que le es más esquivo en lo que va de su gestión, apenas cuatro meses y medio: la ley Bases, la esencia misma de la administración libertaria.
Claro que es una iniciativa devaluada si se lo compara con la madre de todos los proyectos, la Ley Ómnibus, que terminó volteada por el Congreso a pesar de las concesiones que aceptó el oficialismo.
Pero eso es pasado. Lo importante para Milei es mostrar esa victoria, al igual que el paquete fiscal que va a tratar la misma Cámara de Diputados, sobre todo después del trago amargo que le significó la multitudinaria marcha en defensa de la Universidad de Buenos Aires y la educación pública.
Una manifestación que no hizo más que profundizar la interna de La Libertad Avanza. Podrán intentar desprestigiarla por la participación de las fuerzas políticas de la oposición, pero no podrán ocultar el fuerte respaldo que tuvo en amplios sectores de la población, entre ellos, votantes de Milei que hacen culto de la UBA.
Limitar todo al león bebiendo de una taza con la leyenda “lágrimas de zurdos”, cómo lo publicó en las redes, fue lo más parecido a tratar de tapar el sol con una mano.
Lo cierto es que la marcha a Plaza de Mayo sacudió a la interna de LLA, que se había recalentado con la crisis que desató el nombramiento de la diputada Marcela Pagano al frente de la comisión de Juicio Político, cuyo destino ahora parece incierto.
Pero en otras comisiones, el Gobierno logró la última semana el dictamen para tratar, a partir de mañana en Diputados, los proyectos de la Ley de Bases y el paquete fiscal. Claro que, para esto, los libertarios deberán profundizar las negociaciones con los legisladores dialoguistas que en su momento fueron catalogados como parte de “la casta”, aunque ahora les dicen, irónicamente, “la castita” porque no resultan tan demonios a la hora de acordar el apoyo a esas leyes.
De todas formas, la clave parece estar en los 34 diputados radicales. Están predispuestos a aprobar en general la Ley de Bases. Así habrían escuchado los libertarios de boca del jefe del bloque de la UCR, Rodrigo de Loredo. Pero no está claro qué ocurrirá cuando se trate en particular, sobre todo en el grupo de nueve diputados que encabeza el neurocientífico Facundo Manes.
Otro tanto ocurre con los cinco legisladores que responden al senador Martín Lousteau. No están convencidos, entre otras cosas, de todos los poderes que se delegan al presidente.
También los ojos están puestos en Hacemos, el bloque de 22 diputados que responden al peronista Miguel Pichetto, que tuvo una activa participación al obligar al oficialismo a modificar la reforma laboral, que a comparación de la idea original de Milei cuando llegó al gobierno, se redujo de 60 a 16 artículos. Igual, sigue siendo rechazada por la CGT, el kirchnerismo y parte del PJ.
Un panorama similar se extiende sobre el paquete impositivo. Se aprobaría en general, pero no se sabe qué se modificará cuando se trate en particular.
El 25 de mayo, está muy cerca y Milei no admite firmar el pacto con los gobernadores que se animen si no están sancionadas las dos leyes.
Esto obliga a la vicepresidenta Victoria Villarruel a trabajar tiempo extra para asegurar, primero el quorum, y luego, la aprobación de las leyes en el recinto, donde el kirchnerismo/peronismo tiene las llaves principales del Senado. Allí también el bloque libertario deberá cerrar una delicada negociación con Lousteau.
Mientras tanto, la CGT, que el miércoles realizará una marcha de protesta y, el 9 de mayo, un paro nacional, apuesta a que el Senado baje la reforma laboral o por lo menos la alivie aún más, si no lo pueden hacer los diputados.
Indemnizaciones, empleo en negro y cuotas solidarias, son algunos de los temas que preocupan a la central obrera.
El ministro del Interior, Guillermo Montenegro, sigue siendo el principal interlocutor político que tiene la oposición, aunque no son pocos los que han estrechado vínculos con el jefe de gabinete, Nicolás Posse.
De todas formas, la desconfianza siempre está latente. No saben cuánto pueden durar los acuerdos si estos no agradan al presidente Milei.
Por Edgardo Alfano para TN