Kenneth Eugene Smith será el primer preso en EEUU que será ejecutado con nitrógeno
Kenneth Eugene Smith, un hombre condenado a muerte por asesinatos, se convertirá este jueves en la primera persona en Estados Unidos ejecutada con gas nitrógeno, un método nuevo que la ONU calificó de “tortura”.
Smith, de 58 años, pasó tres décadas en el corredor de la muerte tras ser hallado culpable en 1989 del homicidio de la esposa de un pastor. Será ejecutado este jueves en la prisión Holman de Atmore, Alabama, mediante la hipoxia de nitrógeno, un método que nunca se utilizó en Estados Unidos. Una Corte Federal de Apelaciones se negó a bloquear lo que los abogados de Kenneth Eugene Smith llamaron un castigo “cruel e inusual”.
Un asesinato por 1000 dólares
Smith, de 58 años, es uno de los dos hombres que fueron condenados por el asesinato a sueldo de la esposa de un predicador en 1988, un crimen que conmocionó a una pequeña comunidad del norte de Alabama.
Según la acusación, Smith y el otro hombre recibieron 1.000 dólares cada uno para matar a Elizabeth Sennett por encargo de su marido, Charles Sennett, quien estaba sumido en deudas y quería cobrar el seguro. La apuñalaron y golpearon hasta matarla.
El marido de la víctima rápidamente se convirtió en sospechoso y se quitó la vida antes de que se presentaran cargos. El otro asesino, John Parker, fue ejecutado en 2010.
Un hijo de la víctima, Charles “Chuck” Sennett Jr, pidió que se lleve a cabo la ejecución: “Sólo queremos que esto termine y estoy seguro de que su familia también quiere lo mismo”, dijo Sennett a 1819 News “Han pasado 35 años”.
Cómo es la ejecución por asfixia con nitrógeno
Smith tuvo ya un intento fallido de ejecución en 2022, cuando los verdugos no consiguieron administrarle con éxito la inyección letal, al no encontrar una vena. Será entonces la segunda vez que el Estado de Alabama intentará matarlo.
El preso vive momentos de mucha ansiedad. “Mi cuerpo simplemente se está descomponiendo, sigo perdiendo peso”, dijo Smith a la BBC. “Tengo náuseas todo el tiempo. Los ataques de pánico me atacan con regularidad… Esto es sólo una pequeña parte de lo que he estado enfrentando a diario. Básicamente, tortura”, escribió.
El nuevo método de ejecución consiste en colocar una mascarilla similar a un respirador sobre la nariz y la boca para sustituir el aire respirable por nitrógeno, provocando la muerte por falta de oxígeno. El estado predijo en los documentos presentados ante el tribunal que el gas hará que el recluso pierda el conocimiento en cuestión de segundos y cause la muerte en pocos minutos.
Los detractores de este método no experimentado afirman que el estado no puede predecir lo que ocurrirá y lo que sentirá Smith después de que el celador abra el paso del gas. Sus abogados afirman que corre el riesgo de padecer un sufrimiento prolongado y de morir ahogado en su propio vómito. Además, creen que una fuga podría dañar a las personas presentes en la habitación.
En diálogo con la BBC, el Dr. Joel Zivot, profesor asociado de anestesiología en la Facultad de Medicina de la Universidad Emory, manifestó que ““Lo que sabemos sobre el gas nitrógeno es que en un estudio inicial con voluntarios sanos, casi todos ellos, entre 15 y 20 segundos de respiración, tuvieron una convulsión generalizada”.
En tal escenario, Smith podría perder el conocimiento o sufrir una serie de violentos espasmos. Médicos médicos y activistas advirtieron que si sobrevive, Smith podría permanecer en estado vegetativo.
El asesor espiritual de Smith, el reverendo Jeff Hood, dijo estar seguro de que “Kenny no tiene miedo de morir, lo ha dejado muy claro. Pero creo que teme ser torturado aún más en el proceso”.
“Estaré a varios metros de él, y varios expertos médicos me han advertido repetidamente que estoy arriesgando mi vida al hacer esto. Si hay algún tipo de fuga en la manguera, si hay algún tipo de fuga en el la máscara, debido al sello alrededor de su cara, ciertamente podría provocar una fuga de nitrógeno en la habitación”, dijo Hood.
La ONU advierte que el método podría “constituir una tortura”
La última ejecución con gas en Estados Unidos tuvo lugar en 1999, cuando a un condenado por homicidio se le administró gas cianuro de hidrógeno. Ravina Shamdasani, portavoz de la oficina de derechos humanos de la ONU en Ginebra, instó la semana pasada al estado de Alabama a abandonar los planes de ejecutar a Smith a través de ese método “incipiente y no probado” que podría “constituir tortura” según el derecho internacional.
“La pena de muerte es incompatible con el derecho fundamental a la vida”, afirmó Shamdasani, una postura que tiene la ONU como principio.
El estado de Alabama defendió ante un tribunal su decisión bajo el argumento de que es “quizás el método de ejecución más humano que se haya inventado”. Smith había apelado ante la Suprema Corte de Estados Unidos para pedir una suspensión de la ejecución, pero el máximo tribunal del país denegó la solicitud el miércoles, sin hacer comentarios.
Según una reciente encuesta de Gallup, el 53% de los estadounidenses apoya la pena de muerte para alguien condenado por homicidio, el nivel más bajo desde 1972.
La pena capital ha sido abolida en 23 estados de Estados Unidos, mientras los gobernadores de otros seis (Arizona, California, Ohio, Oregón, Pensilvania y Tennessee) mantienen suspendido su uso.