La Banda: Un repartidor delivery le propinó una feroz golpiza a su exnovia en pleno centro
Una persona que se autopercibe mujer y que trabaja como ordenanza denunció haber sido agredida a patadas por su expareja, un repartidor de comida “delivery“, y además instó a la Justicia a abrir un proceso en contexto de violencia de género.
La agresión ocurrió en Besares y Alberdi, ya que el sujeto habría atacado a trompadas y patadas a la ordenanza, insultándola a los gritos y amenazándola con “hacerla pedazos“, según uno de los audios ofrecidos como prueba al fiscal Pedro Ibáñez.
La víctima es patrocinada por la abogada Karina Ibáñez, quien representa a la denunciante, de 40 años. Según su presentación, habría mantenido un vínculo amoroso con el acusado, de 30 años, casado y con dos hijos, ambos con residencia en ciudad de La Banda.
La versión de la ordenanza
En su relato, la denunciante ahondó que tuvo siete meses de relación “blanqueada” con el repartidor de comidas, aún cuando el sujeto integraba una familia constituida.
Siempre sobre la base de la explicación de la denunciante, en ese período viajaban en moto, paseaban por la ciudad y las redes sociales eran receptoras de las imágenes que ambos lucían en apariencia felices.
Pero a comienzos de febrero de este año, la esposa denunció al sospechoso por violencia de género. La Justicia imputó al sujeto por lesiones y lo excluyó del hogar, trascendió.
De inmediato, el repartidor delivery se habría trasladado a La Banda y persuadido a la ordenanza de ayudarlo a financiar un alquiler. Después, le pidió un celular. También, que comprara alimentos y se los llevara a los hijos del denunciado, pero señalando que se lo enviaba su padre.
Un reciente diálogo de la ordenanza con la madre del sujeto habría pulverizado la relación, con gritos, violencia y amenazas. Para la denunciante fue una charla común. En cambio, el repartidor lo interpretó como una actitud imperdonable.
El hombre envió una seguidilla de audios, tratándola de un modo denigrante. “Che p… de m… ya vas a ver lo que te voy a hacer”, le habría repetido, una y otra vez.
Los audios
En uno de los audios, la citó a la esquina de Besares y Alberdi. Mal pensó la ordenanza que habría paz y reconciliación. En su lugar, el individuo la habría insultado. Dolida, resignada, la ordenanza agachó la cabeza y empezó a caminar, dándole la espalda.
Al instante habría recibido una patada en la espalda, a la cual le siguieron otras en el piso. Durante casi 10 segundos, la ordenanza habría recibido golpes en el pecho, la espalda y hasta en el rostro, sin que nadie atinara a ayudarla.
“Fue la madrugada del fin de semana último. Mi representada resultó con lesiones y terminó con exposiciones en las seccionales 13 y 14”, reveló Ibáñez a EL LIBERAL. Agregó que prepara una batería de solicitudes de medidas que ingresarán en los tribunales bandeños el miércoles venidero.
De las selfis enamorados, a golpes e insultos denigrantes
En la extensa presentación, la ordenanza habría subrayado que en las últimas semanas fue obligada a asumir compromisos económicos casi imposibles de pagar, cercanos a los $200.000.
En ese cometido habría pedido dinero prestado, efectuado compras con tarjetas, al punto de haber acordado ahora pagos mensuales de $40.000.
“Veamos, se ha ejercido todo tipo de violencia sobre mi cliente y la Justicia debería actuar de inmediato. Nadie puede garantizarle lo mínimo hoy, que camine por las calles sin el riesgo de sufrir otra salvaje agresión de una persona que osó golpearla, denigrar a la misma mujer que ayer le pregonaba amor y tomaba ‘selfis’ a cualquier hora del día”, afirmó Ibáñez.
Pedirán el video de las cámaras de Alerta Banda
“Hemos solicitado el secuestro de los videos de Alerta Banda, ya que le aseguro que está documentada la agresión a mi representada”, adelantó la abogada.
Desde allí, la misma se presentará ante el fiscal Pedro Ibáñez el miércoles próximo. Instará a que la Fiscalía le brinde protección a la ordenanza, dejando a criterio del funcionario las vías para posibilitar tal fin.
Éstas parten desde medidas restrictivas, hasta una posible detención, pero las mismas son potestad del ministerio público.
Encerrada en su casa
Mientras tanto, la ordenanza se recluyó en su casa y solo sale para cumplir con sus tareas en un centro privado de la vecina ciudad.
Su entorno familiar la contiene. Cambió de número en su celular, ya que está aterrada que el repartidor irrumpa en su casa y su reacción sea más violenta aún, enfatizó su representante legal.
Fuente: El Liberal