La historia de Miguel Duré, el médico chaqueño que murió de coronavirus

El último adiós al doctor Miguel Duré, jefe de Terapia Intensiva del Hospital Julio Perrando, de Resistencia (Chaco), fue conmovedor. El hombre, de 53 años, que falleció por COVID-19, era un reconocido médico consagrado a la salud pública y docente. Había formado camadas de médicos en su carrera en el hospital chaqueño, al que había ingresado hace casi 30 años.

“Estaba identificado con el hospital”, dijo Nicolás Ivancovich, director de Emergencias de Chaco, destacando la figura de Duré, que se contagio de coronavirus dentro del hospital y murió tras una internación de 21 días.

Duré egreso del colegio secundario católico Don Bosco de Resistencia y de allí se marcho a estudiar medicina en la Universidad de Corrientes, donde se recibió. Toda su carrera la hizo en la salud pública, en la que ingresó hace casi 30 años.

Fue médico residente, jefe de terapia intensiva y médico jefe de emergencia del hospital Perrando, que es el hospital insignia de Chaco y al cual dedicó su vida.

Dejó una mujer y dos hijos. Su esposa Analía, médica pediatra, lo acompañó hasta sus últimos días. “Su carrera fue brillante, toda en la salud pública, en el hospital en donde se formaron camadas de médicos hospitalarios”, contó el médico Luis Zapico.

Zapico fue director del hospital Pediátrico y además, ex ministro de Salud de Chaco. “La característica que le daban a Duré es que era muy parco por su trabajo en la guardia de emergencia, pero muy buen tipo y muy querido por sus compañeros, lo que han demostrado en los 14 días que estuvo en terapia intensiva, desde que ingresó en asistencia respiratoria. “En total, Duré estuvo internado 21 días en el Perrando, tuvo complicaciones renales y respiratorias”, explicaron.

“Es un médico representativo de una edad de médicos que todavía estamos activos en el Sistema de salud, y es un sentimiento de dolor porque con esta enfermedad, no sólo corre peligro el paciente, sino los que atienden, médicos, camilleros, enfermeros. Si no nos dan los elementos de protección necesarios, esta enfermedad es muy contagiosa y gente de nuestra edad corre muchos riesgos”.

Su otra pasión era el fútbol: bostero de alma, todavía seguía despuntando el vicio de jugar algún  “picado” cuando su tiempo se lo permitía. “Era un hombre joven, de una vitalidad tremenda, estaba en la mejor etapa de su vida. Tenia una trayectoria impoluta, dedicación a tiempo completo y fue un ejemplo para los Jóvenes que lo estaban acompañando como médicos residentes”, dijo  Carlos Salom, concejal de la UCR.

Salom, que era amigo y jugaba al fútbol con Duré de vez en cuando, dijo que se ha perdido a una “excelente persona, reconocido por sus profesores que estuvieron presentes”.

A las 17 de este viernes, frente al Perrando, hubo un homenaje póstumo como reconocimiento a Duré, que dejó su vida en el hospital. Se cantó el himno y se puso la bandera a media asta. Compañeros, familiares, colegas y vecinos, participaron con profundas muestras de congoja.

La muerte de Duré fue un “mazazo” para la sociedad de Resistencia. Era de una familia conocida, muy querido y admirado. “Hay mucho dolor, incomprensión, impotencia y bronca por la negligencia gubernamental”, agregó Salom.