Padre de familia murió carbonizado y su hijo sufrió quemaduras, por estallido de una garrafa
La explosión de una garrafa convirtió ayer la casa de una humilde familia en un infierno en el que un padre octogenario dejó de existir quemado en una habitación imposibilitado de escapar de las llamas.
El escenario resultó una casa ubicada en el paraje Pozo del Castaño, departamento Figueroa, según se desprende del procedimiento a cargo del personal de la Subcomisaría de Bandera Bajada.
Sin que se precisaran los detalles del hecho, la policía deslizó que en la vivienda había una garrafa de gas conectada a una cocina y de pronto sobrevino una explosión que dejó shockeados y enmudecidos a todos los ocupantes del inmueble.
El primer instinto fue correr afuera y salvarse. Solo Patricia lo habría logrado. Adentro, quedaron su padre y su hermano. Al instante, arribaron vecinos con baldes y agua, resueltos en apagar el fuego.
Fueron instantes de máxima desesperación. En el interior de la vivienda, los gritos desgarradores de Dardo y Carlos. Afuera, también gritos de la hija y los vecinos, aterrados y casi impotentes, imposibilitados de contener el avance del fuego.
Un vecino pudo socorrer y rescatar solo a Carlos. El hombre alcanzó el patio con las secuelas lógicas del incendio: quemaduras en todo el cuerpo y síntomas de asfixia.
Las bocanadas del fuego habían sido letales y eficaces en su obrar destructor, que la vida se le fue de las manos a don Dardo. Casi una hora después la gente pudo extinguir las llamas. Para entonces, el hombre ya había dejado de existir.
Caos por cosas quemadas y humo
Cuando la policía tomó el control del foco ígneo, ya era tarde. El anciano yacía muerto en una cama. A su alrededor, todo era caos: muebles quemados, derruidos a la nada y un olor a humo y carne quemada, la genuina estampa de la desolación.
Alertada, la fiscal de turno, Celia Mussi, dispuso colaboración de Bomberos, División Criminalística y la presencia del médico de policía y muy probablemente la autopsia.
Cadena de favores de vecinos y preocupan las secuelas del humo en el sobreviviente
Los vecinos organizaban una cadena de favores anoche. En medio del luto y la tristeza indescriptible, la gente “dibujaba” la necesaria luz al final del túnel, en busca de ropa y elementos vitales para socorrer a la familia.
Sin resignación, los damnificados no atinaban a reaccionar, al haberse confirmado la muerte de don Dardo.
Mientras, los policías y médicos condujeron al sobreviviente hacia un centro de salud. Anoche, la víctima permanecía internada en el Hospital de Tintina, Moreno.
Los especialistas lo asistirían hoy, a la mañana, y nadie descartaba que dispongan su derivación a un centro de salud de capital, ya que preocupaban las quemaduras y las secuelas del humo en las vías respiratorias. Es probable que una ambulancia lo lleve hoy al Hospital Regional u otro nosocomio.