Planteos y reproches en una tensa reunión entre Francos y los bloques dialoguistas en Casa Rosada
En horas de tensiones con el PRO y Hacemos que demoraron la organización, el jefe de Gabinete reunió esta mañana a los jefes de los bloques dialoguistas en la Casa Rosada. El encuentro había sido convocado por el Gobierno para empezar a discutir la reforma política que quiere impulsar Javier Milei, pero se explayó a otros temas que preocupaban a los aliados del oficialismo en el Congreso, desde la reglamentación del RIGI, del paquete fiscal -con el mínimo no imponible de Ganancias como eje- y la coparticipación de la Ciudad de Buenos Aires.
El Gobierno tenía planeado avanzar con pies de plomo con la propuesta con la que el PRO manifestó reparos, específicamente por la eliminación de la PASO. Francos escuchó los planteos y los reclamos, y dio respuestas vagas, sin definiciones por el momento. “Guillermo les informó sobre avance de la reglamentación de la ley bases y paquete fiscal, hablaron sobre los lineamientos de la agenda legislativa a futuro e informaron que a la tarde van a presentar la reforma política”, informaron desde sus oficinas, en la planta baja de la Casa de Gobierno donde funcionaba el Ministerio del Interior
La reforma política es una de las prioridades del Gobierno post aprobación de la ley Bases, y necesita avanzar antes de que inicie el año electoral. El tema, habían confirmado ayer, empezaría a discutirse hoy en la Casa Rosada, con los jefes de los bloques dialoguistas, Miguel Pichetto (Hacemos), Cristian Ritondo (PRO) y Rodrigo De Loredo (UCR). Sin embargo, la convocatoria para iniciar las negociaciones fue ardua y solo se confirmó por completo media hora antes para hoy a las 11.
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, la había anunciado hace una semana, en el almuerzo de Cicyp, pero hasta anoche no había definiciones sobre el horario, los invitados ni los nombres de los representantes del Gobierno. Y no descartaban que se redujera a una visita al Congreso del vicejefe de Gabinete, José Rolandi, lo cual indicaría que sería un encuentro de orden técnico más que político.
Finalmente empezó a las 11.30, cuando Francos llegó a la sede nacional, atrasado, porque estaba en el acto de conmemoración del ataque a la AMIA. En sus oficinas ya lo esperaban hacía media hora el secretario de Interior, Lisandro Catalán, el presidente de la Cámara baja, Martín Menem, Pichetto, Ritondo, De Loredo y Gabriel Bornoroni, jefe de bloque libertario, que se sumó sin previo aviso. Concluyó una hora después.
La demora en terminar de arreglar el encuentro, dijeron oficialmente en Balcarce 50, se debió a “temas de agenda”. Pero en los papeles tuvo que ver la reticencia que mostraban, sobre todo, desde el bloque dialoguista de Hacemos. Particularmente, de parte de Pichetto, que sufrió un mal trago cuando Martín Menem lo excluyó a su delfín, Emilio Monzó, de la Comisión Bicameral de Inteligencia, a pesar de que el rionegrino había pedido específicamente una silla en el órgano. Hasta ayer, el diputado se encontraba todavía en Viedma, a donde viajó por el receso invernal legislativo, pero en su entorno hacia la noche terminaron confirmando que sería de la partida: “Vamos, vamos a ir”, dijeron ante repetidas consultas de este medio.
Ritondo siempre se mostró predispuesto a asistir. “En lo que decidan, estamos”, decían ante las idas y vueltas sobre el horario y la fecha. Sin embargo, antes de confirmar asistencia se ocupó de marcarle la cancha al oficialismo con un comunicado que lista los temas propuestos por su espacio que todavía se encuentran en el tintero y espera que el Gobierno se comprometa a impulsar. Después de manifestar sus condiciones, en su entorno dijeron que hoy estará presente, fuera en el horario y el lugar que fuera.
A última hora de ayer, sin embargo, su presencia quedó en vilo por unas horas por el fuerte malestar que se generó en su partido cuando Milei decidió echar a Julio Garro, el subsecretario de Deportes, que trabaja bajo la órbita de Francos pero responde a Mauricio Macri, por deslizar, en una entrevista radial, que Lionel Messi debería pedirle disculpas por los cánticos racistas de la Selección. Con bronca y todo, Ritondo asistió.
El Gobierno está interesado particularmente en avanzar con la eliminación de la PASO, pero el PRO mostró reparos y busca una solución intermedia: que se mantengan, pero que no sean obligatorias y que los partidos se hagan cargo de las boletas. Según los cálculos del Gobierno, que tiene como objetivo eliminar las erogaciones en las primarias, esta diagonal permitiría reducir aproximadamente en un 40 por ciento los gastos, que en los comicios del año pasado representaron 52 millones de dólares. Lo cual derivaría en que la administración nacional deba afrontar el restante 60 por ciento. Por ahora se reservaban la estrategia de negociación para que el resultado les convenga a todos. “Vamos a ir a empezar un diálogo sincero, ni empezamos a negociar”, se limitaban a decir en la Jefatura.
El otro gran proyecto es el de ficha limpia, una propuesta histórica de PRO con la que el Gobierno tiene sus reparos. “Puede ser inconstitucional impedirle a alguien participar de una elección”, deslizó un funcionario en un pasillo de la Casa Rosada, esta semana. Y si bien con la Boleta Única de Papel hay mayor consenso, la falta de coincidencia sobre los dos primeros puntos plantea problemas de antemano. Sin embargo, el ministro coordinador de Milei tiene planeado avanzar con cuidado, para no herir susceptibilidades después de que el Presidente lo encargara de la sanación del vínculo.