Swingers buscan que el Congreso trate una ley sobre su estilo de vida para lograr un marco regulatorio en Argentina
La Asociación Swinger Liberal Argentina (ASLA) es la primera y única asociación civil en Latinoamérica que tiene como objetivo defender legalmente, promover y desmitificar el estilo de vida swinger. Entre las distintas medidas que adoptaron, buscan que se trate una ley en el Congreso.
El comunicado en el que la ASLA formalizó su presentación como asociación civil, adelantaron que iniciarán gestiones en el Congreso de la Nación para presentar “un proyecto de ley que dé marco regulatorio y legal a la actividad swinger”.
Desde mediados de agosto que la asociación swinger obtuvo la personería jurídica junto con las autorizaciones para funcionar como asociación civil. Su objetivo es visibilizar la marginación social ante una elección sexual.
El presidente de la comisión directiva de ASLA, Pablo Daniel, señaló que todavía existen prejuicios contra el estilo de vida swinger y ese es uno de los principales objetivos que buscan desde la asociación. “El tema está cuando el estilo de vida swinger sale, como por ejemplo el nudismo. Estamos sujetos a que la mirada del otro sea discriminatoria”, dijo a Clarín.
Desde la asociación indicaron que en un club swinger entran entre 4000 y 6000 parejas nuevas por año, y que la comunidad swinger continúa creciendo en todo el país a niveles inimaginables, Incluso, traspasó fronteras: “A veces hay gente que viene del extranjero y del interior, personas que ya tuvieron experiencias en otros lados y muchos curiosos que quieren conocer el mundo swinger”.
“Acá no hay ogros, somos personas que vamos al supermercado, que llevamos a nuestros chicos al colegio. Personas totalmente normales, que así como hay quien le gustan los autos, a nosotros nos gusta disfrutar de nuestra sexualidad libremente”, remarcó Daniel.
Qué es ser swinger y cuál es su historia en la Argentina
El movimiento swinger tiene su origen a mediados de los años 50 y se remonta a una práctica que mantenían los soldados estadounidenses en Filipinas. En aquella época, a modo de juego, ponían dentro de un sombrero las llaves de sus habitaciones y al azar intercambiaban sus parejas.
En Argentina el estilo de vida swinger llegó en la década del 90 y se solía realizar de manera oculta. Las personas se reunían en quintas, clubes, hoteles o casas y replicaban el juego de los años 50, pero eligiendo consentidamente el intercambio sexual.
En una relación swinger existe un consenso en la que acuerdan poder implicarse sexualmente con otras personas. Dentro de este estilo de vida hay una gran diversidad de prácticas que se pueden hacer.
Quienes pertenecen a este movimiento cuestionan las bases de un matrimonio monogámico. Y se incluyen ellas tríos, orgías, intercambios de pareja y prácticas voyeuristas (ver a alguien más teniendo sexo). “Hay tantas versiones swinger como personas que lo practican”, agregó el presidente de ASLA.