Todas las cosas ilegales que se hacen en WhatsApp y nadie se da cuenta

Hay pocas cosas menos alentadoras que verse incluido adentro de un grupo de WhatsApp sin haber dado consentimiento. De hecho, el rechazo que puede despertar la acción prepotente es tan válido que está apañado por la ley en algunos países, como España.

Otros delitos frecuentes que se cometen en WhatsApp y otros servicios de mensajería online son la difusión de capturas de pantalla de conversaciones privadas, o de imágenes o archivos sin el consentimiento de la persona que los originó.

También está el caso de los chats laborales en los que una persona puede optar por salir o denuciar que fue incluida sin su consentimiento.

Expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) se refirieron a la Ley de Protección de Datos y a la de Propiedad Intelectual de España, que también se aplica a los mensajes de WhatsApp, informó el sitio La Opinión de A Coruña.

Aunque poca gente consideraría llamar a la Policía porque alguien compartió una foto sin pedirle permiso, la infracción puede ser denunciada en caso de que la indiscreción se convierta en una debacle personal.

Tal es el caso de las capturas de pantalla de chats privados: si se revelan nombres, locaciones, datos personales y mensajes de un tercero la persona afectada puede denunciar una infracción en materia de protección de datos en caso de que se vuelva viral o sea publicada en redes sociales.

La misma lógica corre para casos en los que es fácil descubrir quién dijo qué. Las personas afectadas podrían reclamar una indemnización por daños y perjuicios, por una posible lesión a su derecho al honor o a la intimidad.

En el caso de los audios, fotos y videos sucede algo parecido: la Agencia Española de Protección de Datos aplicará sanciones económicas a particulares por difundir contenido audiovisual de terceras personas sin su permiso.

Esto corre para los videos de una actuación policial que se difunden sin ocultar datos personales o caras, y para la acción de compartir fotos íntimas de una tercera persona sin su consentimiento. En esos casos se puede pedir una indemnización por daños y perjuicios, por lesión al honor o por la revelación de secretos.

Añadir a alguien a un grupo de WhatsApp, por otra parte, es considerado como un delito en España porque se entiende que quiebra el derecho de la persona a la protección de sus datos.

Esto es aún más evidente en el caso de los chats grupales corporativos, donde los miembros pueden no conocerse entre sí. Este es un delito en sí mismo que en España se puede equiparar al envío de un e-mail sin copia oculta, es decir, con todas las direcciones de los destinatarios a la vista.

Por eso la Autoridad Catalana de Protección de Datos (APDCAT) ha sancionado recientemente a un ayuntamiento por crear un grupo de WhatsApp con los ciudadanos a pesar de haberles pedido previamente el consentimiento. ¿El motivo? Que al añadir los contactos quedaron expuestos datos como la foto, el nombre, los apellidos o el número de celular.

La opción legal sería la lista de difusión, una opción que WhatsApp ofrece para enviar mensajes de manera masiva pero de manera individual.