Torturó a su novia y le pintó la cara con rouge mientras la filmaba e insultaba en el barrio Bosco III
Una adolescente fue mantenida desnuda y encerrada por varias horas, y recibió una brutal agresión física en el Bº Bosco III, en reproche por haber salido a bailar. El autor de la pesadilla es su pareja, un violento sujeto que la obligó a pintarse con rouge mientras la filmaba con un celular y la insultaba con adjetivos denigrantes.
El hecho es investigado por la fiscal Lucía González Farías, quien requirió la detención del atacante por “privación ilegítima de la libertad y lesiones”.
Según la reconstrucción de esta horrenda historia, la joven tiene 19 años y el sujeto, 29. Desde los 16, la víctima convive con él en el Bº Bosco III. El escándalo sobrevino cuando ella regresó de un baile a las 3 de la madrugada. Al ingresar a la habitación, el sujeto la acusó de haber estado “con otro”.
Furioso, el individuo le exigió la contraseña de su cuenta de Facebook. Ella le entregó su celular y él lo inspeccionó. Al instante, la tomó de los hombros, lanzó a la cama y le asestó al menos seis trompadas en la cabeza.
Como la jovencita gritaba, entonces la tiró del cabello, le tapó la boca y así profundizó la seguidilla de trompadas en todo el cuerpo, seguro de que nadie la escucharía.
Después, la obligó a desnudarse. Tomó todas sus prendas y las destrozó. Luego, tomó un lápiz labial rojo y le pintó el rostro. Encendió el celular y comenzó a filmarla. “Así se pintan las p… Vean que quedará todo grabado”.
A ese trato humillante, le adosó un condimento extra. Mientras filmaba, la joven fue obligada a repetir su nombre y apellido conforme su rostro iba quedando pintado todo de rojo.
Diez minutos después, el agresor le ordenó cerrar la puerta de la habitación con llave. Se acostó vestido, escondió su celular, con ella a su lado, desnuda.
Allanamientos tras el sujeto
A las 11 de la mañana del día siguiente, la adolescente despertó y al ver que su agresor dormía se escapó por la ventana. Poco y nada le importó correr desnuda hacia la casa de un familiar. Allí, le prestaron ropa (pantalón, remera y ojotas), tomó un remís y se presentó en la casa de su madre, a 15 cuadras del lugar.
La damnificada ya fue contenida en un organismo policial. Su progenitora la acompañó ante los funcionarios, pero su hija no quiso denunciar al sujeto. Un médico le diagnosticó 10 días de curación. Igual, la Fiscalía lleva adelante un proceso y en las últimas horas la jueza de Género, Norma Morán, refrendó allanamiento y detención del perverso, quien literalmente desapareció del Bosco III.