Cambios en el gabinete nacional: renunciaron Juan Zabaleta y Claudio Moroni
Respecto al sucesor de Zabaleta, hay tres nombres firmes en danza para el puesto. Por un lado, aparece el secretario de Economía del Conocimiento e intendente de Escobar con uso de licencia, Ariel Sujarchuk; luego, la diputada nacional Victoria Tolosa Paz; y por último el secretario para la Equidad Social del Ministerio de Desarrollo, Gabriel Yedlin.
Respecto a Sujarchuk, es un alfil que mantiene una excelente relación con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y parte del círculo interno del kirchnerismo. Por otra parte, Tolosa Paz, quien fue la diputada cabeza de lista en la Provincia en las elecciones legislativas 2021, es blanco de cuestionamientos por por La Cámpora. Por último, Yedlin está vinculado a Juan Mazur, el jefe de Gabinete, y también se mete en la discusión.
El bolillero de nombres en danza para el puesto de Ministro de Trabajo, clave en el Gobierno, sigue girando con más incertidumbre que certezas. En las últimas horas, aparecieron nombres de todo tipo para reemplazar al saliente Claudio Morini, quien estaba en el cargo desde 2019, en el inicio de la gestión de Alberto Fernández.
Uno de los nombres que apareció fue el de un viejo conocido del Presidente. Se trata de Carlos Tomada, actual embajador en México, quien fuera una pieza clave de los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y las dos gestiones de Cristina Kirchner (2007-2011 y 2011-2015), al frente de la cartera de Trabajo.
Se suman otros nombres, como los de Marcelo Bellotti (secretario de Trabajo) y Domingo Peppo, embajador en Paraguay y exgobernador de la provincia de Chaco.
Tomando en cuenta estos nombres y los antecedentes, Tomada sería del agrado de la Vicepresidenta, al igual que Bellotti, quien se lo conoce como de origen kirchnerista, mientras que Peppo tendría el respaldo de la Liga de Gobernadores, como un nombre de peso que tiene la banca de los caudillos del interior.
El kirchnerismo duro y el sindicalista Pablo Moyano forzaban la renuncia de Moroni en la cartera de Trabajo. Pero su renuncia -explicaban anoche en las cercanías del Presidente- no respondió al juego de desgaste que avalaba Cristina desde su despacho en la Cámara de Senadores. Moroni habría dado un paso al costado por un problema de salud que el gobierno protegía como un secreto de Estado.
La decisión del Presidente de soslayar a Cristina en la elección de los nuevos ministros puede implicar dos situaciones diferentes: la vicepresidente rechaza ese movimiento y exige controlar las designaciones -como hace desde el 10 de diciembre de 2019- o definitivamente se corrió del Gobierno y deja en soledad política a Alberto Fernández.
Cualquiera de las dos hipótesis significa una encrucijada institucional. Si CFK rechaza las nominaciones de los ministros, el Gobierno ingresa en un escenario distópico con final abierto. Y en cambio, si la vicepresidente ignora la toma de decisión de Alberto Fernández, puede ocurrir que haya un cisma en el Frente de Todos.
Y en cuanto al Ministerio de la Mujer, el jefe de Estado piensa en Cerrutti -ella jura que no quiere suceder a Gómez Alcorta-; la ex senadora de Mendoza, Marita Perceval, y la vicegobernadora de La Rioja, Florencia López.
En los últimos 99 días, Alberto Fernández vio partir a cinco ministros del Gabinete: Martín Guzmán, Silvina Batakis, Gómez Alcorta, Zabaleta y Moroni. Una evidencia política que demuestra la fragilidad del Gobierno.