Conmoción: un joven de 13 años fue atacado a ladrillazos por una patota y está en coma
Un chico de 13 años fue atacado brutalmente por una patota de adolescentes mientras estaba con sus amigos. Le pegaron patadas en la cabeza y hasta un ladrillazo que le provocaron hundimiento de cráneo. Se encuentra internado en coma y el último parte informó que tiene daño cerebral irreversible.
El violento episodio ocurrió en la plaza Jerónimo del Barco, en la intersección de la avenida Colón y Garzón Maceda, en el barrio Alto Alberdi de Córdoba.
Fue allí donde Lázaro, la víctima, fue emboscado por más de una docena de adolescentes que lo golpearon con brutalidad. De acuerdo al relato de sus padres en diálogo con Telenoche Córdoba, en ese momento el chico se encontraba con dos amigos, de los cuales uno de ellos también fue agredido, en tanto que el otro logró escapar.
Sin embargo, su hijo fue quien sufrió la peor parte. “Lo golpearon hasta provocarle hundimiento de cráneo y lo dejaron en coma. Está grave, luchando por su vida. Uno le pegó con un ladrillo en la cabeza y se lo dejó marcado”, relató Mariela Cardozo, su mamá. “No puedo decir si peleó o no, pero supongo que había querido defenderse y uno de los chicos vino y le pegó con un ladrillo en la cabeza”, detalló la mujer.
En el mismo sentido, manifestó no entender a qué se debió el salvaje ataque: “No había porqué. Quisiera preguntárselo a él, pero lamentablemente no me lo puede decir”, sostuvo.
Por su parte, el papá de Lázaro, Fabián Rivarola, expresó: “Lo que hicieron no tiene nombre. No solo le pegaron el ladrillazo, sino que también le pegaron una patada en la cabeza”.
En el mismo sentido sostuvo que todos los agresores están identificados por lo que “tarde o temprano van a caer”. Además, detalló que lograron individualizarlos gracias a las cámaras de seguridad de la plaza y de los comercios de la zona. Sin embargo, hasta el momento no hay ningún detenido.
Con respecto a la salud de su hijo, el hombre señaló que el panorama no es bueno. “En el último parte dijeron que el daño cerebral es irreversible. Hay un alto riesgo de que pierda la vida, aunque me aseguraron que van a hacer todo lo que esté a su alcance para que eso no pase”, señaló.
“Siguieron hablando los médicos, pero yo quedé en otro mundo. Hoy en día no sé si estoy vivo o si estoy muerto”, lamentó.
Los familiares y amigos de Lázaro se reunieron en los últimos días en las afueras del Hospital de Niños, donde permanece internado, para pedir por su salud. “La esperanza está en todos los que los queremos, en todos los que vinieron a hacer el aguante”, expresó su madre.