Coronavirus: más de medio millón de infectados y casi 23 mil muertos en todo el mundo

La pandemia de coronavirus ya infectó a más de medio millón de personas y causó la muerte de casi 23.000, mientras los gobiernos de las 175 naciones afectadas hasta ahora reinventan estrategias, ven crujir sus sistemas de salud y modifican sus agendas para neutralizar el brote que, salvo excepciones, aún se encuentra en su fase ascendente.

El centro de monitoreo de la Universidad Johns Hopkins informó en su último balance que los casos ya son más de 510.000 y destacó que Italia, con 7.503 muertes -casi un tercio de los fallecimientos totales-, es el país donde el brote golpeó de manera más mortífera hasta ahora.

Luego se ubica España, donde los contagios se aceleran y ya son 4.089 los muertos, 56.188 los contagios y 7.015 los pacientes recuperados, mientras que China, con muchos más contagios (81.782), tiene menos muertos (3.291) y es una de las pocas naciones donde la curva ya pasó su punto de inflexión y la preocupación de las autoridades se desplazó a lograr controlar los contagios no nativos.

Hoy el gigante asiático registró solo 67 nuevos casos en las últimas 24 horas, todos ellos importados.

A partir de esta nueva tendencia, China anunció el cierre de sus fronteras para todos los extranjeros, aún aquellos con visas y permisos de residencia, a partir de la medianoche del próximo sábado.

En tanto, la cifra en Irán, el país de Medio Oriente más golpeado hasta ahora por la pandemia, trepó a 29.406 infectados y 2.234 muertes y Estados Unidos, en tanto, sumó 69.210 contagios en todo el país y 1.046 muertes producto del brote.

Más allá de cada caso en particular, la curva de contagios permanece aún en su pendiente positiva en la enorme mayoría de los países y sus gobiernos -con miles de millones de personas en cuarentena- barajan diversas políticas públicas para revertir esta tendencia, resolver la crisis sanitaria que implica y enfrentar la debacle económica que los especialistas anticipan.

Hoy, el Senado estadounidense aprobó un paquete de 2,2 billones de dólares para ayudar a comercios y trabajadores y reforzar el sistema de salud ante la epidemia. Solo en una semana, se acumularon 3,8 millones de peticiones de seguro de desempleo en ese país.

El paquete de ayuda es el mayor de la historia de Estados Unidos y fue aprobado por unanimidad pese a las dudas en ambos partidos sobre si será suficiente, luego de trabajosas negociaciones.

El gobierno británico, en tanto, pese a su reticencia inicial a aplicar medidas, anunció hoy un paquete financiero destinado a ayudar a los trabajadores autónomos, informó el ministro de Economía, Rishi Sunak.

El Estado les pagará, a aquellos que tengan ingresos de 50.000 libras o menos por año, el 80% de lo que facturaban, con un límite de 2.500 por mes (unos 3000 dólares).

La semana pasada, las autoridades habían establecido subsidios salariales del 80% o hasta 2.500 libras por mes para el personal contratado por los empleadores, como parte de un paquete de medidas “sin precedentes” para evitar el despido de trabajadores debido a la crisis.

Bélgica, por su parte, registró 1.298 nuevos contagios en un día, lo que duplicó el registro de ayer, y avivó temores de una pronta saturación en sus instalaciones sanitarias, mientras el número total de infectados trepó a 6.236 y los muertos 220, informó el el Servicio Federal de Salud.

Bruselas, la sede de la Unión Europea, anunció que no aceptará pacientes de coronavirus de otras naciones, pese a los pedidos de Italia y Países Bajos, hasta que no se supere el pico de la epidemia.

Los líderes del G20, que realizaron hoy una cumbre virtual para abordar la situación mundial por el brote, afirmaron que están inyectando más de 5 billones de dólares en la economía global.

“Nos comprometemos a hacer lo que haga falta y a usar todas las herramientas políticas disponibles para minimizar el daño económico y social de la pandemia”, indicaron los países del G20 en un comunicado conjunto al término de una reunión virtual de líderes del organismo.

En Corea del Sur, donde la curva de contagios no es ascendente y donde no están limitados movimientos de sus ciudadanos y las fronteras se mantiene abiertas, la aparición de nuevos contagios importados preocupan a las autoridades sanitarias que decidieron intensificar sus medidas de contención en el área metropolitana de Seúl, la capital.

En el plano regional, los gobernadores terminaron de tomar las riendas de la gestión de la pandemia en Brasil, ante la inacción del presidente Jair Bolsonaro.

El gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, afirmó que analiza establecer un hospital de campaña en el estadio Maracaná, como parte de las medidas de emergencia para hacer frente al coronavirus.

“En los próximos 15 días vamos a tener 900 lugares para recibir pacientes en hospitales de campaña, hicimos compras de emergencia de materiales y respiradores, es muy probable que montemos un hospital de campaña en el Maracaná, tenemos que elegir el mejor lugar para hacerlo”, declaró Witzel.

En San Pablo ya comenzó a instalarse un hospital de campaña en el estadio Pacaembú y los clubes San Pablo (Morumbí), Palmeiras (Allianz Arena) y Corinthians (Arena Corinthians) ofrecieron sus estadios, señaló la agencia de noticias ANSA.

Witzel defendió el “aislamiento” de los ciudadanos como la forma de contener el avance del virus y discrepó con Bolsonaro, que se opone a la cuarentena decretada en Río de Janeiro y San Pablo.