Coronavirus: Qué vacunas se podrían combinar con otras, según los expertos argentinos
¿Cómo se completará el esquema de vacunación contra el Covid-19 ante la falta de stock, especialmente del segundo componente de la Sputnik V, en los argentinos que ya recibieron la primera dosis? El interrogante volvió a ser puesto hoy sobre la mesa por la ministra de Salud, Carla Vizzotti, quien admitió que sigue en análisis la posibilidad de combinar sueros de distintos fabricantes.
La problemática ya había quedado planteada cuando la India, como lo hizo saber el embajador Dinesh Bhatia al canciller, Felipe Solá, decidió no enviar las segundas dosis de las vacunas Covishield producidas en dicho país, que completaban la entrega del primer componente, ya que necesitaba atender su propia demanda ante la crisis generada por la variante delta.
“La combinación de vacunas se está discutiendo en el mundo. Desde el punto de vista inmunológico, no habría problema de hacerlo y no creo que afecte la efectividad, pero hay que demostrarlo en las pruebas que se están realizando. Se supone que no habría cambios en los mecanismos inmunológicos”, explicó el doctor en Bioquímica, Jorge Geffner, titular de la cátedra de Inmunología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet.
El desafío de la ciencia, entonces, es ahora demostrar que una persona que recibió la primera dosis de un fabricante podría asimilar la segunda de otro diferente, lo que solucionaría muchos problemas de disponibilidad de stock, como le ocurrió a la Argentina con la Covishield y con el segundo componente de la Sputnik V. El gobierno de Vladimir Putin acaba de admitir que, antes del envío masivo de estos viales al exterior, debe también satisfacer la demanda interna.
Geffner enumeró los tres grandes modelos de vacunas que se están utilizando en todo el mundo. “Están las clásicas, que contienen el virus inactivado (Sinovac y Sinopharm); las que poseen un ARN mensajero (Pfizer y Moderna), y las que utilizan vectores de adenovirus (Sputnik, AstraZeneca, Johnson & Johnson y CanSino). Más allá de las diferencias en las estructura, todas apuntan a bloquear la proteína S”, agregó.
Sputnik V, Sinopharm y AstraZeneca son las otras vacunas, además de la Covishield, que se están aplicando en el país, con mayor cantidad de componentes de la desarrollada por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología ruso. Ayer, con la llegada de otras 768.000 dosis de la vacuna del laboratorio Sinopharm provenientes de China se alcanzó un total de 23.352.145 dosis recibidas. Hasta el momento, según la última actualización en el monitor de vacunación en tiempo real del Ministerio de Salud de la Nación, se distribuyeron 20.662.090 dosis y se aplicaron 18.646.784.
“Todavía no hay estudios en grandes cantidades de individuos sobre el intercambio de vacunas, pero hay un trabajo reciente en voluntarios que intercambiaron vacunas de la primera dosis de AstraZeneca y la segunda de Pfizer. Por lo tanto, el intercambio es una alternativa y podría ser una buena solución”, aportó el infectólogo Eduardo López.
Más allá de esta posibilidad, las personas que ya cuentan con la primera dosis de Covishield pueden estar tranquilas que recibirán la segunda dosis, pero con una marca diferente.
“La vacuna AstraZeneca y la de India, en sus dos componentes (primera y segunda dosis), poseen el mismo adenovirus 5, a diferencia de la Sputnik V, cuyo primer componente es un adenovirus humano activado (número 26) y el segundo es un adenovirus humano inactivado (número 5). Se resuelve con la aplicación de la AstraZeneca”, sostuvo la infectóloga, Elena Obieta, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
La experta explicó que la segunda aplicación “actúa como un booster, como una dosis de refuerzo)”, con hasta cuatro meses de diferencia para el caso de la AstraZeneca. “Quizás después de los 120 días sea efectiva, pero aún no está comprobado. Creemos que no pierde vigor la primera dosis porque queda despierta la inmunidad celular, aunque hayan bajado los anticuerpos a cero. La inmunidad son los linfocitos de memoria que se encargan de fabricar los anticuerpos frente a la entrada del virus”, amplió.
La Sputnik
En tanto, el médico Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica, analizó en una entrevista con Luis Majul por LN+, las demoras en la campaña de aplicación de dosis de la vacuna rusa. En este sentido, explicó que la falta de segundas dosis se corresponde con “una cuestión de velocidad. El segundo componente de Sputnik V no se puede fabricar como se fabrica el primer componente, que tiene un adenovirus que con alimentos determinados se replica rápidamente. El adenovirus 5, el del segundo componente, con los mismos alimentos o con más alimentos, no se puede reproducir más rápido”.
Asimismo, dijo que en términos de políticas de anticipación era previsible que podía haber demoras en la llegada de las segundas dosis de Sputnik V: “Se podría haber estudiado la combinación de vacunas hace cuatro o seis semanas; hubiera tomado 500 individuos con la primera dosis de la vacuna rusa y les hubiera dado la segunda dosis con AstraZeneca, para medir su inmunidad. Y también al revés. Hoy, doce semanas después, hubiéramos tenido datos para decir con evidencia si las siete millones de personas que tendrían que recibir la segunda dosis de Sputnik van a recibir otra vacuna”.
Obieta recomendó que quien cree tener Covid-19, está contagiado o es contacto estrecho, no debe vacunarse. “Si una persona está incubando el Covid y no lo sabe o tiene una infección asintomática y se vacuna, la vacuna no hará que le vaya peor porque no se le está dando un virus que la infecta más. Quizá tenga menos eficacia la vacuna, pero aún eso no está comprobado”, informó.
Fuente: La Nación