Denuncian que padres someten a un calvario a niño de 4 años y temen “un Lucio santiagueño”

“Quiero evitar un caso de Lucio Dupuy santiagueño”, reveló ayer un abogado al presentar una grave denuncia ante la Unidad de Atención Primaria de la Fiscalía, en cuyo transcurso requirió la inmediata asistencia a un niño de cuatro años, “víctima de maltratos y violencia de parte de una madre trabajadora sexual y un padre adicto”.

Lo hago como ciudadano”, señaló Carlos Ríos López a las autoridades, tras formalizar la presentación, sostenida en audios, documentos fílmicos y fotográficos.

De acuerdo con la historia del pequeño, su progenitora sería una trabajadora sexual en la zona norte de la ciudad. Dejaría su casa a las 20 y retornaría, habitualmente, en la madrugada del día siguiente.

En tanto, su padre padecería las consecuencias de la adicción. En los peores momentos, el niño recibiría castigos físicos, sumados a la falta de escolarización, alimentación y una crianza basada en cariño, lo cual deviene hoy en una mera enunciación formal.

¿Cómo llegó la vida del menor a Ríos López? “Un familiar se comunicó conmigo. Las primeras imágenes me conmovieron. Soy padre y no había modo de mantenerse al margen de su odisea“, manifestó el denunciante.

El menor reside en el B° Pacará. Los libros de guardia de la policía jurisdiccional dejarían en claro que varios vecinos acudieron en busca de ayuda y que algún organismo provincial ya formalizó una acción, pero sin que se tradujera en medidas concretas.

Un día común, el niño recibiría alimentos después de la siesta. No abundarían la leche. Y los vecinos subrayaron que están cansados de ver “cómo maltratan al chiquito“, indicó Ríos López.

A partir de su denuncia, una fiscal pondrá manos a la obra hoy. Es probable que haya una comisión especial que retire urgente al pequeño. Hay dos vías posibles: que sea puesto bajo resguardo de un familiar, o bien alojado en la Dirección de la Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf).

En forma paralela, en la tarea fiscal es casi imposible que los padres no sufran las consecuencias. La acción del abogado conlleva inequívoco reproche y denuncia sobre “malos tratos”.

Por ello, es casi seguro que la fiscal esperará informes de los forenses para luego actuar y resolver el futuro inmediato de los progenitores.

En el proceso de socorro del niño, imposible que la investigación mantenga al margen el testimonio de media docena de vecinos y familiares, en especial de las tías de la víctima.

Estremecedoras textuales del denunciante: “Una vida de espanto la de este niño”

“La madre se habría desentendido del niño en noviembre del año pasado y ahora lo atiende el padre”.

“El menor era y es agredido físicamente por ambos padres”. “Ahora sé que el niño sigue siendo víctima de su papá”.

“La víctima sufre hambre porque el padre no trabaja, se dedica a robar. Lo poco que tiene lo gasta en drogas”.

“En el barrio les tienen terror a los padres y el menor está en un infierno. Una vida de espanto la de este niño”

“La víctima tiene hermanos, dispersos en otras familias. Uno de los hermanitos fue quebrado por tantos golpes y hasta hoy presenta secuelas”.

“Urge que las instituciones actúen. El menor está en serio riesgo y no hay que dejar pasar el tiempo porque cada hora es vital”.

“La denuncia tiende a asistir al chiquito. No podemos dejarlo solo porque lo que debe caracterizar a la Justicia es la inmediatez”. “Hay personas amenazadas por esta investigación. Gente que debe soportar ahora la ira de los padres del menor”.

Plantearán una acción de protección de persona ante un Juzgado de Familia

Ríos López acudirá hoy ante un juez de Familia y formalizará una acción de protección de persona, en base al espíritu de la Ley 24417.

Ésta destaca que toda persona que sufriese lesiones o maltrato físico o psíquico por parte de algún familiar podrá denunciarlo ante el juez con competencia en Familia y solicitar medidas cautelares conexas.

Cuando los damnificados fuesen menores o incapaces, ancianos o discapacitados, los hechos deberán ser denunciados por sus representantes legales y/o la Fiscalía. También estarán obligados a efectuar la denuncia los servicios asistenciales sociales o educativos, públicos o privados, los profesionales de la salud y todo funcionario público en razón de su labor.

El menor o incapaz puede directamente poner en conocimiento de los hechos al ministerio público. El juez requerirá un diagnóstico de interacción familiar efectuado por peritos para determinar los daños físicos y psíquicos sufridos por la víctima; situación de peligro y el medio social y ambiental de la familia. Las partes podrán solicitar informes técnicos.

El magistrado tiene facultades para adoptar las siguientes medidas cautelares: exclusión del autor, de la vivienda donde habita el grupo familiar; Prohibir el acceso del autor al domicilio del damnificado como a los lugares de trabajo o estudio; Ordenar el reintegro al domicilio a petición de quien ha debido salir del mismo por razones de seguridad personal, excluyendo al autor; Decretar alimentos, tenencia y derecho de comunicación con los hijos; establecer la duración de las medidas de acuerdo a los antecedentes.

El calvario del menor de La Pampa que shockea a un país

Lucio Dupuy falleció el viernes 26 de noviembre de 2021 en Santa Rosa, La Pampa luego de sufrir una feroz golpiza. Su madre, Magdalena Espósito Valenti y su pareja, Abigail Páez, fueron condenadas a prisión perpetua.

Lo sometían a falta de comida, frío, penitencias interminables, golpes de puño en la panza que le provocaban vómitos continuos, golpes en la cara que le provocaron lesiones visibles, amenazas respecto de que no podía contar a nadie lo que vivía si no sería peor. No lo mandaban al jardín para que no vieran las maestras sus lesiones y como forma de endilgarle castigo, ya que disfrutaba de ir al jardín. Los forenses advirtieron lesiones en la parte genital, lo cual alentó la teoría de un crimen por odio.

Según los fiscales, “durante la convivencia y hasta el fallecimiento del menor, tanto Abigail Páez como Magdalena Espósito golpearon a Lucio, provocaron lesiones que luego ocultaron con aislamiento del niño de su vida social, sabían que vomitaba producto de las lesiones, era su anhelo que Lucio saliera de sus vidas”.