Misterio en Vinará: una Virgen llora sangre y mantiene divididos a los habitantes
Un hecho sobrenatural mantiene asombrado al pueblo de Vinará, ubicado a 14 kilometros de Las Termas de Río Hondo. Se trata de las lagrimas de sangre que caen de los ojos de la Virgen de la Inmaculada Concepción. En lo que va del año, este fenomeno ocurrió 14 veces, según los creyentes de la zona. Alguno lugareños expresan su conmoción y otros eligen dudar o negarlo. De este modo, dicho suceso mantiene divididos a los vecinos del lugar.
La primera testigo
En una entrevista exclusiva de Nunzia Locatelli y Cintia Suárez para Infobae, Mónica Pediconi, tímidamente y con reserva, relata este hecho inexplicable : “En 1968 mi familia donó un pequeño terreno para construir la primera capilla de Vinará. Se trata de un lugar particular, ya que aparecía una misteriosa luz que emergía de la tierra. Unos vecinos donaron los ladrillos, otros el cemento, otros horas de trabajo y en unos cuatros años se construyó la capilla”.
Una vez erigida la capilla, en 1973 un sacerdote norteamericano, Esteban Crisanda, de La Salette (la congregación que toma el nombre del lugar de Francia donde la Virgen se apareció a dos niños en 1846), llevó una imagen de la Virgen a Vinará.
La imagen, hecha de yeso macizo, mide alrededor de 1,20 metros y se trata de una advocación de la Inmaculada Concepción, la misma que se encuentra en Lourdes. Esta imagen había sido abandonada en el depósito de la parroquia de Termas de Río Hondo junto a otros objetos religiosos.
Una vinaraqueña, que estuvo en la inauguración de la capilla en 1973, relata: “Iban a traer a la Virgen del Tránsito como patrona de Vinará pero no se la dieron, y la trajeron a ella. Apenas pasaron tres días ella empezó a llorar: la vieron el padre Esteban, la hermana Santina y otro sacerdote”. Los sacerdotes y la hermana Santina decidieron no difundir la noticia y guardar silencio. Este se convirtió en el secreto mejor guardado por casi 50 años en el pequeño poblado.
Otra de las manifestaciones se dio en la década del 80 cuando Adrián, un restaurador de obras religiosos de Termas, se ocupó de renovar la pintura de la imagen. El dió testimonio que vio verter agua del pie de la Virgen. Y en la base que simula ser un montículo de piedras encontró lágrimas depositadas. Adrián, en aquel entonces, mantuvo la reserva sobre lo que observó.
Pero este 2022, la Virgen lloró 14 veces y ahora derrama sangre.
El último y más impactante episodio sucedió el sábado 15 de octubre a las 15:46. De los ojos de la Virgen empezaron a brotar lágrimas de sangre. Este es el suceso del que menos se quiere hablar y más se reserva. Pero trascendió una foto en la que se observa una sustancia que aparenta ser sangre y cae de los ojos de la Virgen.
“El 26 de marzo de 2022 lloró gotas que caían en su cara. El 13 de mayo, el día de la Virgen de Fátima, por la tarde la vieron 7 niños de la catequesis”, relata Mónica con lágrimas en los ojos. Fue entonces, cuando los niños vieron llorar a la Virgen, que el misterio se develó luego de casi 50 años. Ellos fueron y contaron en sus casas la noticia. Algunas familias creyeron y otras no.
La siguiente manifestación inexplicable comenzó el 26 de junio, cuando lloró por nueve días consecutivos. El periodista Omar Villavicencio cuenta: “Yo estaba cubriendo la procesión en Termas de Río Hondo cuando sacaron a la Virgen junto a otra imagen. De repente experimenté algo en el cuerpo, algo muy grande por dentro. Levanté la mirada y vi el rostro pálido de la Virgen y noté que lloraba. Por un momento vi un rayo de sol que le iluminaba la cara y percibí por segundos un perfume a rosas, todo eso me impactó. Inmediatamente recordé la película de la Virgen de Fátima y la danza del sol”. Para el periodista, lo que vivió fue una sensación positiva. Él cree que la Virgen está pidiendo que se cuente su historia.
También Mónica refirió manifestaciones en el cielo en distintas ocasiones, que se dieron en simultáneo que la Virgen lloraba. Se trató de un arco iris sin lluvia, nubes que simulan la silueta de la Virgen y rayos de sol muy brillantes sobre ella. Vale aclarar que los diferentes testigos afirman que la Virgen lloró durante la procesión ante muchas personas y también en la capilla. “Ella no nos habla, hasta ahora solo regala curaciones”, concluyó Moni.
Un supuesto milagro: la curación de Olivia
El 14 de noviembre de 2021 los ojos verdes de Olivia se tiñeron de negro de manera espontánea. Todo empezó con un dolor de cabeza y pinchazos en el ojo. Su mamá, Soledad Suárez, entró en pánico y desesperación. De inmediato la llevó al hospital de niños de Pinamar, y tras una evaluación, rápidamente fue derivada al Hospital Garrahan, donde le dieron un diagnóstico que el médico no se animaba a pronunciar: “Tiene un tumor maligno”.
Una vez en el renombrado hospital pediátrico comenzaron los interminables e invasivos estudios, hasta que la familia tuvo que enfrentarse al peor de los panoramas posibles, Olivia tenía un cáncer de retina. La operaron el 15 de marzo de 2022 y le avisaron que el tumor era canceroso y tenía que ir a quimioterapia.
La familia materna, oriunda de la localidad de Vinará, estaba desesperada y angustiada. “Fue todo un calvario, pasamos muchas cosas feas. Yo vivo a dos cuadras de la iglesia de Vinará. Pero por trabajo me tuve que ir a Pinamar. Me dedicó a la gastronomía y trabajo de lunes a lunes en la temporada”, expresó Mercedes, abuela de Olivia.
“Un día una amiga, cuando yo estaba en Vinará, al verme tan angustiada por mi nieta me dijo: ‘¿vos viste que llevaron a la virgen el 27 de abril a Termas y sabes que no nos dejaron estar porque la Virgencita empezó a llorar unos lagrimones?’. Y me sugirió que hiciera una promesa”, rememora la abuela de Olivia.
“Le hablé a Moni y le pedí que, de mi parte, le pidiera a la Virgen la sanación de mi nieta. porque a ella la escucha más. Una mañana yo fui desesperada a la Capilla y vi que a la Virgen le caían las lágrimas en la quijada y un muchacho me ayudó a levantar las lagrimitas en una botella. Yo le traje a Oli y se las pusimos en el ojito”, continúa la mujer.
“Desde ese momento, ella empezó a evolucionar mejor. Cada vez que le hacían quimioterapia no quedaba internada, desde ahí todo fue un éxito. La última quimio fue la más fuerte y cuando tuvimos más miedo. Pero ella superó todo gracias a mi Virgencita querida, que tanto le hemos pedido que haga ese milagro. Esta fue una cachetada de la vida muy fea. Somos unas personas pobres de Santiago, no tenemos riqueza, pero tenemos fe y esperanza.”, explica Mercedes, todavía conmocionada.
Esta es una de las tantas gracias que los vecinos de Vinará le atribuyen a la Virgen. Otro relato conmovedor es el de un matrimonio que no podía tener hijos y al presenciar las lágrimas de la Virgen le pidieron el embarazo tan deseado: en unos meses van a ser padres.
Antecedentes en Italia y la Argentina
En Italia sucedieron dos casos similares: uno en Siracusa en 1953 y el otro en Civitavecchia en 1995. En Siracusa la imagen de la Virgen, de yeso y pintada, lloró lágrimas por cuatro días. El fenómeno fue acompañado de misteriosas sanaciones físicas. Las reconocidas en forma oficial fueron 300, y sucedían especialmente los días que caían las lágrimas de la Virgen. En ese momento se hicieron análisis químicos y el líquido resultó compatible con lágrimas humanas. El fenómeno se declaró no científicamente explicable y por eso el episcopado de Sicilia declaró milagrosa la lagrimación y solicitó la construcción de un santuario.
Otro caso sucedió en Civitavecchia, donde una pequeña estatua de yeso de la Virgen Reina de la Paz lloró lágrimas de sangre desde el 2 de febrero al 15 de marzo de 1995. El obispo mandó a hacer un análisis de laboratorio y los resultados dijeron que se trataba de sangre masculina. El papa Juan Pablo II rezó frente a la Virgen y la coronó, y fue varias veces en incógnito para rezarle. También visitaron a la Virgen la Madre Teresa de Calcuta, Chiara Lubich (fundadora del movimiento Focolares), Luigi Giussani (fundador de Comunión y Liberación), que dieron testimonio. La imagen de la Virgen se venera en la iglesia San Agustín en Civitavecchia.
En nuestro país, hubo un caso similar en 1936, en el templo de la Compañía de Jesús en Santa Fe. Un cuadro de la Inmaculada Concepción lloró lágrimas que fueron recolectadas por los presentes en algodones. El hecho fue avalado, en aquel momento, por el párroco y un escribano público. En el caso de Vinará, el obispo Vicente Bokalic, titular de la Diócesis de Santiago del Estero, fue informado de lo sucedido, pero todavía no se ha expresado sobre el fenómeno.