Murió Indi Gregory, la beba considerada terminal por la justicia inglesa y a la que sus padres quisieron salvar en Italia

Indi murió este lunes por la madrugada en Londres. La bebé inglesa de ocho meses cuyo caso ha movilizado incluso al gobierno italiano, que le otorgó la ciudadanía de ese país para que pudiera ser traída a Roma a curarse en el hospital pediátrico Bambin Gesú, padecía desde su nacimiento una muy grave patología genética mitocondrial.

“Mi hija está muerta y mi vida terminó a la 1.45 de la madrugada”, declaró su padre, Dan Gregory. Mi mujer Staniforth la tuvo en sus brazos hasta el final. Estamos enojados, plenos de vergüenza y de dolor”.

La pequeña había sido llevada contra el parecer de sus padres a un centro médico para pacientes terminales desde el hospital de Londres donde estaba internada.

Sus padres pedían que los especialistas siguieran atendiéndola y habían hecho dramáticas gestiones para trasladarla a Roma, donde los especialistas del pediátrico Bambim Gesú sostenían que había que seguir luchando por su vida.

El gobierno de la premier Giorgia Meloni le concedió la ciudanía italiana para permitir el traslado y asegurar la continuidad de las curas.

Pero fue inútil. Gregory y Staniforth, ambos de 30 años de edad, que vivían en la localidad de Ilkeston, en el Derbyshre, contaron con el apoyo de la agrupación humanitaria Christian Concern, pero perdieron la batalla legal ante el Tribunal Superior y ante el Tribunal de Apelaciones de Londres.

La justicia británica dictaminó que llevar a Indi Gregory a Italia en un desesperado esfuerzo por salvarla “no es lo mejor” para la niña.

En Gran Bretaña no cuentan los padres sino los médicos curantes y el aparato judicial para decidir la suerte de un paciente muy grave. Fue en hospital de la Reina de Notingham, donde se desarrolló la batalla. Al final, los médicos ingleses y la justicia dictaminaron que Indi era un enfermo terminal y fue enviada a un centro para enfermos terminales de Londres, que ayer le quitaron todos los aparatos y remedios que la mantenían en vida.

El movimiento Pro Vida y Familia de Italia afirmó que “hoy nos sentimos plenos de vergüenza de una modernidad que por “piedad” suprime a los débiles y los indefensos”.

“Perdonanos Indi”, concluye, “También en tu nombre continuaremos a batirnos para contrastar estas locuras eutanásicas. Ayúdanos desde el cielo”.