Un trío contó su historia de poliamor: “Tenemos la idea de comprometernos”
“Empezó todo como un relación laboral, luego de amistad, y ahora, de amor”, señaló Nazareno, de 41 años. “Empezamos a ver que sentíamos cosas que no entendíamos”, apuntó Maira, de 23. “Los tres nos juntábamos sin problemas, pero si yo me juntaba sola con Eli, extrañábamos al otro. Algo estaba pasando”, amplió. “Si éramos sólo dos, en cualquier cosa que hiciéramos nos hacía falta el otro. Eso fue llevando a plantear cómo seguíamos adelante”, dijo Eliana.
“Tenemos una relación de poliamor y de tres. No mantenemos una relación abierta, no somos swingers. Somos un trío y nos amamos”, explicaron al diario Los Andes.
Cuatro años después del primero beso lo pueden contar mucho más fácil y sin tapujos. En la casa que comparten coinciden y difieren, como cualquier pareja, y crean la armonía del hogar.
Al principio, cuando todos advirtieron que entre ellos había atracción física y amorosa, faltaba saber quién se animaba a expresarlo primero. Y aunque ninguna de las dos había tenido antes una relación homosexual, fueron ellas las que lo hicieron, y de un modo particular: con un beso en la boca, con sabor a vino, frente a los ojos de él.
“Habíamos organizado una juntada en nuestra casa y decidimos no salir a bailar”, recordó Eliana. “Era una cena después de pasar todo el día juntos. Con May, en un momento, nos propusimos hacerle una broma para Naza, diciéndole que íbamos a ser novias entre nosotras porque ya no nos gustaban los hombres. Cenamos, le ofrecí vino a él. Él dijo que no y ella sí aceptó. Y ahí nos dimos un beso. Quedó todo explicado”, contó.
Nazareno dice que no podía creer lo que veía. “Como hombre es una fantasía normal, estaba en medio de dos mujeres hermosas, pero no creí que ahora estaba por empezar a formar parte de una relación de tres”, reconoce.
Lo plantearon en ese mismo momento, cuentan, dejando de lado las dudas. “Fue todo natural y sin problemas ya desde esa primera vez. Pasó lo que estábamos sintiendo: nos queríamos los tres, nos protegíamos”, contó Maira. “Era lo que le estaba faltando a la relación, porque antes ya habíamos notado que sólo dos nos sentíamos incompletos”.
Una relación de pareja incluye no sólo la compañía, los afectos, los diálogos sin horarios y la contención. También incluye la intimidad. Y, en este caso, lo sexual es lo que más curiosidad provoca en los demás, tal como ellos reconocen. A la hora de definirlo, Nazareno se inclina por decir: “Es descubrir algo nuevo cada día”. Eliana, en cambio, dice que es tan intenso lo que se siente que “no hay palabra que lo defina, es único”. “Coincido con lo que dice mi novia”, acota Maira.
El costado romántico y erótico puede resultar pleno, pero tiene sus exigencias prácticas que los llevó a algunos desafíos. Como duermen juntos -y algo más– tuvieron que pensar en cambiar la cama. “Tuvimos que comprar una cama más grande, porque con la otra se nos hacía imposible”, reconoció entre risas Maira. Y agregó: “Teníamos una de dos plazas y murió, se rompieron todos los resortes. Para colmo, cuando compramos la nueva, era tan grande que no entraba por la puerta”.
Asumirse como trío, y ya no como pareja, por supuesto, los tranquilizó en los sentimientos afectivos, pero tuvieron que trabajar un poco más el reconocimiento social. Primero, ante ellos mismos: “Nos ayudó mucho ver una serie que está en Netflix, y se llama Tú, yo y ella, la recomiendo”, explicó Nazareno. “No teníamos parámetros para lo nuestro, era todo un proceso de autodescubrirnos. Esa serie nos dio los parámetros”, aseguró Eliana.
Fuente: Minuto Uno