Diego Schwartzman avanzó a los octavos de final de Roland Garros

Diego Schwartzman derrotó a Phillipp Kohlschreiber por 6-4, 6-2 y 6-1 y avanzó a los octavos de final de Roland Garros. La ilusión avanza, en pos de repetir la actuación del año pasado, en donde alcanzó las semifinales. Dentro de dos días, el Peque enfrentará al ganador del español Carlos Alcaraz y el alemán Jan Lennard Struff.

“París es un lugar muy especial y estoy contento de estar de vuelta. El año pasado fue mi mejor torneo y no había gente, así que me encanta jugar ahora con el público presente”, señaló el Peque, que agregó: “En el comienzo del partido pensé en jugar cada punto lo más largo posible; el primer set fue muy importante”.

“Tengo dos días para descansar y todo es perfecto ahora”, agregó el Peque, que al compás del torneo se permite disfrutar de paseos por la Ciudad Luz subido a un monopatín eléctrico y con la compañía de su novia Eugenia, sobre todo cuando los horarios de partidos y entrenamientos lo permiten.

“Estoy contento. Hice un partido muy bueno de principio a fin, saqué una diferencia rápido en el score; sabía que si yo arrancaba bien, iba a sacar ventaja, porque él hace tiempo no estaba compitiendo en el máximo nivel. Es un jugador con muchas variantes y entendía que con una diferencia desde el principio le iba a costar un poco”, comentó el tenista formado en el Náutico Hacoaj, que desde que arrancó el certamen no cedió un set. Su tenis y su confianza siguen en alza, por eso esa descarga tras el final mirando al cielo, ese alarido de felicidad, mientras que el público celebraba su triunfo al grito de “¡Diego, Diego!”

El Peque venía de eliminar al taiwanés Yen-Shun Lu en primera ronda por 6-2, 6-2 y 6-3 y al esloveno Aljaz Bedene por 6-4, 6-2 y 6-4 en la segunda ronda. En este primer turno del sábado se cruzó con el experimentado Kohlschreiber, quien a los 37 años dio una de las grandes sorpresas al derrotar al ruso Aslan Karatsev, uno de los mejores jugadores del 2021. El tenista alemán llegó a ser Top 20 y cuenta con 8 títulos en su carrera, pero en la actualidad se ubica en el puesto 132° y en lo que va del año no había sumado triunfos en el nivel ATP.

Para peor, el alemán se vio complicado físicamente durante el partido y terminó pagando un alto precio. Luego de que el Peque se quedara con el segundo set, se retiró para atenderse de sus problemas de cadera, un mal que lo aquejó en los últimos meses y que le impidió tener una continuidad en el circuito.

El triunfo le demandó al Peque 2 horas y dos minutos. Logró un total de 24 winners contra 12 del rival, mientras que cometió 24 errores no forzados frente a 27 del alemán. Según su mirada, las condiciones de este Roland Garros son muy diferentes a la cita del año pasado, que se trasladó de mayo a fines septiembre: “La cancha está muy rápida cuando sale el sol; a veces hay que aprovechar para ser más agresivo, también con el saque. En cambio, el año pasado fue muy frío, muy lento”.

Schwartzman, en su octava participación en Roland Garros, defiende las semifinales que alcanzó la temporada pasada. Tiempo atrás, en 2018, también había alcanzado los cuartos de final. Este año llegó con la tarea de recomponer su juego y sumar resultados positivos después de una gira previa en las canchas lentas de Europa en la que le fue por debajo de lo que él mismo esperaba. Hasta aquí, consiguió tres victorias holgadas para tonificar la confianza, con un mínimo de desgaste de cara a los próximos compromisos.

Sucede que el Peque llegó a París para realizar un reseteo general, una manera de limpiar la mente, empezar de cero y dejar atrás lo sucedido en las últimas semanas. No hubo puntos rescatables ni acordes con los últimos pasajes de su carrera: apenas dos triunfos en la gira europea de canchas lentas y tres derrotas consecutivas en primeras ruedas en Madrid, Roma y Lyon. La alarma se encendió y lo manifestó con reacciones que no son propias de él, considerado de los jugadores con caballerosidad deportiva más destacada. Por eso, sorprendió cuando rompió una raqueta, cuando cayó ante Gasquet en Lyon. “Hace tres años que no lo hacía, pero tenía mucha furia adentro. La realidad es que era una gira en la que tenía muchas expectativas, pero ha sido muy mala. Estoy jugando mal y así es difícil ganar en este nivel. Vengo entrenándome y haciendo todo lo que está a mi alcance para reencontrarme con lo que hice en estos últimos años, pero está complicado, no encuentro respuestas”, reconocía, en una autocrítica sin contemplaciones.

Ahora, es tiempo de disfrutar y enfocarse en los octavos de final que se le aproximan. “De a poco me voy acercando a mi mejor nivel, cometí algunos errores de revés que no me gustaron, pero esto me da margen para saber qué cosas tengo que corregir. Si me comparo con lo que estaba jugando tres o cuatro semanas atrás, en líneas generales, el tenis y el planteo de los partidos están saliendo muy bien”, se ilusionó.

Gusti Fernández quedó eliminado
Gustavo Fernández, segundo preclasificado, quedó eliminado del certamen de tenis adaptado al perder con el británico Alfie Hewett con un ajustado 6-1, 5-7 y 7-6 (6), con lo que no pudo acceder a la final. El Lobito tuvo a mano la posibilidad de la victoria: de hecho, llegó a estar 5-2 arriba en el tercer set y después, en el tie break final, gozó de una ventaja de 6-3, pero se terminó imponiendo el campeón defensor y N° 3 del mundo.